Gasolineras del Bienestar, abriendo caminos

  • Fuente: Forbes México – Santiago Fabián Arroyo Seguedo

A mediados de 2021, el Instituto Nacional de la Economía Social en estrecha colaboración con la Secretaría de Economía y PEMEX, destinaron recursos para capacitar a empresas comunitarias, ayudando en el diseño, construcción y operación de las Gasolineras del Bienestar. Estas gasolineras, según lo publicado por el Gobierno cuentan con un esquema de suministro PEMEX, para lograr precios competitivos en el “Corredor Transítsmico” y el “Tren Maya”. Hasta el momento, hay proyectadas 18 unidades, sin embargo, no hay operando alguna.

A este modelo podríamos extraerles muchas áreas de oportunidad, pero ante el contexto negativo en medio de una crisis fiscal y los problemas internacionales que tiene México por el TMEC y los obstáculos regulatorios denunciados por EEUU; es necesario plantear una propuesta que tome Gasolineras del Bienestar e innovarla, es decir, entrañaría en no dejar de lado el plan original del Gobierno Federal, sino también, un esquema flexible como el “Distintivo H” de la Secretaría de Turismo.

Es decir, “Distintivo Bienestar”.

Consistente en una directriz regulatoria y comercial que homologue al Banco del Bienestar, para que las personas beneficiarias de los programas de la Secretaría puedan adquirir combustibles bajo un incentivo focalizado y, que sea extensivo también al transporte público y servicio mercantil de carga, llevando más allá de las zonas dónde el consumo no es significativo, y trasladarlo a centros urbanos con marginación social. Incluso explorarse la posibilidad de crear una cryptomoneda “Del Bienestar”, evitando cualquier clase de vulneración al sistema de apoyos y pagos. Abriendo espacios a una diversidad financiera y a un mejor control tributario.

Ayudando a romper la parálisis regulatoria de la CRE quién sólo se ha autorizado la apertura de gasolineras de franquicia PEMEX, sin embargo, las cerca de 900 solicitudes de expendios de petrolíferos detenidas (según datos de ONEXPO), pudieran encontrar una salida sin importar la marca del expendio, puesto que con el “Distintivo Bienestar”, estaría cumpliendo con uno de los objetivos sociales de la política energética federal, tener expendios de combustibles bajo directrices de calidad, seguridad en los despachos, facturación e impacto social positivo; sin estar exentos de cumplir con un “Contenido Nacional”. Sin pasar por alto que este modelo sería abierto a las más de 13 mil gasolineras existentes y se puedan afiliar al mismo. Así se disminuyen los riesgos en conflictos internacionales que se desprenden de los reclamos por obstáculos regulatorios, vía los Paneles de Consulta del T-MEC.

También, en las “Gasolineras Comunitarias” y los nuevos negocios rurales, se puede establecer un lineamiento de “mini gasolineras”, privilegiando el uso de materiales reciclables, suministro de energía eléctrica mediante generación distribuida, así como modelos de mantenimiento y supervisión con proveedores de servicios acreditados, no sólo por los reguladores, sino del “Distintivo Bienestar”.

Por otra parte, los impactos en los precios derivados de las fluctuaciones internacionales se mitigarían en favor de los más necesitados mediante un incentivo focalizado que no ponga en riesgo la capacidad recaudatoria del Estado; logrando una aceptación sumamente positiva tanto por la sociedad, como por las personas e inversionistas del sector gasolinero, al brindarles la posibilidad de encontrar nuevos nichos de mercado y soluciones a los retos para la industria.

¿Qué falta para echar a andar este “Distintivo Bienestar” ?, simplemente un trabajo técnico completo e intensivo y mucha voluntad por parte del Gobierno Federal, para escuchar alternativas que beneficien a todos y, con efectos al corto plazo.

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